El Falso Emprendedor
«Emprendedor digital» ahora le llaman. Estamos bombardeados actualmente de publicidad con las siguientes frases utilizadas de enganche: «Sé tu propio jefe» ; «descubre la verdadera libertad financiera»; «¿Quieres ser parte de la revolución financiera?». Porquerías de anuncios ofreciendo la píldora mágica para conseguir lo que deseas. Aprovechando la época de la publicidad en la que TODO es posible.
Personas y empresas se han autodenominado «emprendedores» con el eslogan de fondo de frases motivacionales que han ultrajado para darles validez a un discurso poco sustentable y que ha derivado a grandes estafas piramidales y a algunas incluso sectas comerciales. Utilizan la propia pseudociencia como lo es «la ley de atracción» para estos acometidos. No me malinterpreten, me gusta los libros de autoayuda mientras los uses con lógica. El dinero no cae de los árboles.
Paulo Coelho, Robert Kiyosaki, son algunos de los tantos puteados para hacer creer a la gente que «todo se puede en esta vida».
Para mí, un emprendedor es alguien que intenta sacar con los conocimientos y habilidades que tenga el mayor provecho económico posible. Aquel autodidacta que no desea depender de otro para aprender. Investiga y resuelve. No es necesario que invente. Solo es alguien que no espera que le digan qué hacer. Está constantemente pensando en ideas para generar dinero distintas al trabajo tradicional. Eres todo y nada a la vez. Estás libre todo el tiempo y a la vez ocupado todo el tiempo. Estás todo el día libre y al mismo tiempo estás trabajando todo el día…
Ahora que lo pienso, creo que nací para esta «vida» desde muy pequeño. Recuerdo que a mis 10 años en unas vacaciones, mientras todo el mundo se iba de verano, un amigo y yo hicimos un negocio de venta de golosinas en una urbanización residencial. Comprábamos mercancía al mayor; calculábamos ganancias y revendíamos a vecinos las golosinas.
Mientras cualquier otro niño querría ir de vacaciones a otro lugar o quedarse viendo «Dragon ball»; nosotros contábamos el dinero en la noche de las ganancias. Lo hicimos durante 3 años seguidos… Nos encantaba. Creo que sin querer fue el primer contacto a este «mundillo»…
A los 15 años, tuve el 1er acercamiento en freelancer.com . Tuve la oportunidad de trabajar para un japonés (o coreano creo). Era difícil la comunicación. Era ignorante y por ser menor de edad no pude retirar el dinero. Ahora no suena a nada revolucionario, pero en aquel tiempo yo pensaba muy diferente al resto, y era descabellado pensar en esto. La única vez que intenté compartirlo, ya imaginan la respuesta. Yo no entendía para qué estudiábamos. Me preguntaba cuál es el propósito de todo esto. Era difícil. La soledad pasa a ser una constante.
Ahora cualquiera se llama freelancer, pero la gente no sabe lo que es. Mucho menos lo que era en ese momento. Siempre digo que para ver la vida de ésta manera, primero tienes que trabajar asalariado para entenderlo. de lo contrario, eres un simple flojo que no quieres trabajar y buscas dinero fácil.
Pasas muchos días sin comer. Es levantarte sin saber si tendrás ingresos en el día. Es invertir dinero sin saber si se retornará. Despertar y saber que tus ahorros ya no están. No tienes un seguro de trabajo permanente. Es vivir muchas veces al límite del día. Ocupar tiempo en proyectos que probablemente sean solo ideas. En el proceso te alejas de mucha gente. Eres un inadaptado. Te sientes incómodo en reuniones y a la vez distante.
En cierto sentido, siempre te sientes extranjero incluso cerca de los tuyos.
Todo esto es lo que no te cuentan. Siempre digo a las personas que está bien que lo intenten pero, NO ES PARA TODO EL MUNDO. No se lo recomiendo a nadie.
Incluso con toda ésta explicación, jamás me he denominado con todos estos adjetivos que se auto colocan los nuevos «formadores» del mañana.